viernes, 21 de agosto de 2009

Una piedra del monte

Si es que uno no debe acostarse con un poco de dolor de cabeza y ésta llena de cosas...




Me encontraba con mi padre en la puerta del Ayuntamiento de Santa Cruz, solo que los arcos de piedra eran los del Ayuntamiento de La Laguna y la fachada miraba al monte de un modo semejante al de la casa de mis abuelos. De repente vemos una humacera en el monte. Mi padre dice

-Mira, debe ser un incendio.

-No, deben ser las cargas.

Yo estaba seguro de que se trataba de cargas explosivas, como para abrir una carretera, y de que lo que veíamos no era humo, sino polvo. Enseguida se vio que tenía razón: una piedra más grande que un ataúd vino hacia nosotros desde la zona de explosiones y atravesó el porche donde estábamos, dejando un agujero en él y quedando humeante detrás de nosotros. La miramos. Yo dije:

-Seguro que Zerolo ahora la mete pa' dentro y cobra entrada por verla.