martes, 2 de diciembre de 2008

Combate.

Tenía un combate de artes marciales, en particular taekwondo. Era mi primer combate, con lo cual iba demasiado nerviosa como para poder hacer algo bien. Entre el público se encontraban mis padres y mi hermana. Mi madre estaba embarazada de 8 meses.
Me voy a la parte de atrás a conocer a mis contrincantes y cual es mi sorpresa que hay 2 chicos y una chica, los tres enormes, ninguno de mi categoría. Me dirijo al jurado a decirles que eso no es correcto, que yo tengo que luchar con gente con la que esté en igualdad de condiciones, que me van a dar una paliza sublime y que no tengo opción de ganar de ninguna manera. Uno de los jueces me dice que tengo que luchar quiera o no quiera, que así ha sido el sorteo.
Además no he ido preparada, me he dejado el traje de combate en casa y voy con unos vaqueros y una camisa, la verdad, preciosa.
Va a empezar el combate, mis nervios van en aumento, sé que no tengo nada que hacer, pero lo voy a intentar. No soy una cobarde, nunca lo he sido y ahora no va a ser menos.
Ya casi estamos preparados cuando alguien del jurado se acerca a mí y me dicen que no puedo luchar, que mi madre se ha puesto de parto y tengo que ir con ella al hospital. Parece que mis oraciones han sido escuchadas.
Corremos al hospital con mi madre, el parto se ha adelantado. Parece que va a ser rápido, las contracciones van muy seguidas. Sale la enfermera y nos dice que mi madre ha tenido una preciosa niña... Qué bonito, estoy llorando de emoción. Y cuando voy a conocer a mi pequeña y nueva hermanita, me despierto y me doy cuenta que todo ha sido un sueño.

No hay comentarios: