Pyram de Flambeau

Pyram nació como Mateu Fuster en Formiguera, en el Rosselló en 1190, y aprendió tanto Romance como Provenzal antes de que su familia lo entregara a un Boina Roja que pasaba por allí. No les molestaba el Don de Mateu ni sus ojos rojizos, pero se asustaron (por él y por si mismos) cuando lo vieron estallar en llamas una vez que se enfadó con diez años. Jean, el Boina Roja, lo llevó a dos alianzas antes de dejarlo en Mont Chauve, donde Angelus de Guernicus, filius de Taurum lo cogió como aprendiz. Angelus le enseñó todo lo que pudo sobre la afinidad natural de Mateu, el fuego, y además invitó a Rupe de Flambeau, filia de Montem, al Reto del Aprendiz de Mateu, para que éste tuviera la posibilidad de unirse a la Casa Flambeau.
Al pasar el Reto, Mateu adoptó el nombre de Pyram de Flambeau, filius de Angelus de Guernicus, y decidió quedarse en Mont Chauve.
Sin embargo, Pyram se siente inusualmente cansado para sus treinta años, casi como si tuviera el doble. Es como si su fuego interior lo consumiera poco a poco.